El papel fundamental que Santiago Mingarro en Untitled EP otorga al ruido hace de este el protagonista de una tensión ambiental o paisajística, a menudo muy densa, dirigiendo el discurso. Esta parte primordial en sus composiciones, como un gran trasiego -diríamos de papeles, de objetos o de maquinaria-, se genera a partir de pequeños, pero intensos y de inagotable fuente, impulsos sonoros que encuentran compañía, afianzamiento y rail revoloteando en torno a melodías palpables y de faz inquietante que dibujan intimas ondas siderales. Estímulos ruidistas los hay de todo tipo, mas profundos, mas juguetones, mas discretos, mas asfixiantes, mas aislados, mas punzantes, mas electrónicos y mas desordenados, entrando y saliendo sin previo aviso de un amalgama que guarda en su interior estructuras en continuo movimiento. Rítmica mente, pasamos del enredo a la claridad de algunos fragmentos o elementos que dejan traslucir una tenue luz, simultáneamente en ciertos casos sobre una base generalmente fragorosa. De este artista argentino nos van a asombrar tanto el clima, como las formas y los chispeantes o violáceos colores; encontraremos lejanos puntos de referencia estilísticos en un tecno minimal velado, donde las sutiles y delicadas pulsaciones ganaran y perderán paulatinamente fuerza de intensidad, y reconoceremos ecosistemas selváticos, desiertos granulosos al amanecer y amplias vistas panorámicas mas desoladas. Son la morada de un músico que libera su alma batiendo el aire con un enorme saco de íntimos glitches y despampanantes e inauditas vibraciones, explorando a su vez microscopicamente los confines del espacio. Sarah Vacher, corresponsal españa.